De vecindades lejanas, la Casa Argentina de París durante la dictadura
- La Cuarta Pared
- 28 may 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 22 jun 2020
La vida de los residentes durante la época más oscura de la Argentina: un refugio, una amenaza, pequeñas resistencias y responsabilidad cultural por la memoria.
Cultura y memoria
Por: Agustín Geist
La última dictadura cívico-militar dejó imborrables marcas en la memoria de la sociedad argentina. Lejos del olvido, la cultura es uno de los focos de fortalecimiento más antiguos de la resistencia a la opresión. En el artículo elaborado por el investigador del Conicet Mauro Greco se encuentra como fuente indispensable de generación de memoria un trabajo cualitativo de archivo, documentación y entrevistas. La vida de los residentes de la fundación Argentina de París, su responsabilidad y sus pequeñas resistencias, como un vecino más, en el exterior.

Durante su estadía en Francia por un posdoctorado el investigador recibió un mail de la Casa Argentina de París para informarle que tenía lugar para el año lectivo. La rutina dicta que al llegar cada residente debe tener una entrevista con el director. En ella, cuenta Greco, luego de la presentación del responsable de la casa lanzó las preguntas: " ¿Quién fue director de la casa durante la última dictadura? ¿Quiénes habitaron la casa durante esos años difíciles de la historia argentina? ¿Cuáles fueron las relaciones sociales y emocionales entre ellos y el director, así como entre ellos mismos en su soledad? "

La casa, para el autor, es una metáfora necesaria debido al refugio que dio a intelectuales argentinos al escapar de la situación en su patria. Lejos de una sociedad oprimida, los residentes se vieron asediados por agentes enviados por el oficial de la máxima autoridad de la marina y miembro de la junta militar, Emilio Massera. Su misión era crear focos de opinión que mejoraran la imagen del país en el mundo. Otros individuos, "se sabía", vigilaban la casa por dentro. Se muestra en los testimonios que los grafitis en contra de la dictadura eran tapados en pocas horas. Otro símbolo fue la llegada de un nuevo director que obligaba a firmar las salidas de los residentes. “Un mini-territorio que reflejaba el clima constituido, sino de miedo, al menos de desconfianza y prudencia”, afirma Enrique Sugasti, quien habitó la casa en esta época.
Pero a estas situaciones se dieron pequeñas resistencias, concepto que el autor toma de Michel Foucault y ejemplifica con el caso de las salidas controladas. "Iniciativa que no duró más que una noche, luego de haber constatado que en la lista no figuraban sino personas famosas", continua Sugasti, "como Sarli, Monzón y Fangio". Además, entre los residentes se dio un pacto para no hablar de política, desconfiando de la situación en la casa.
"Un mini-territorio que reflejaba el clima constituido, sino de miedo, al menos de desconfianza y prudencia"

“Sólo los más dignos, los más meritorios, los más laboriosos vendrán aquí a beber de la misma fuente del saber´´
Entre sus conclusiones, el autor resalta la necesidad de una inversión presupuestaria para que un grupo de personas se dedique a ordenar y clasificar lo que constituye la memoria de la casa y por ende de la Argentina misma.
Archivos y documentación investigados por el autor (Fuente: Artículo)
La cultura se posiciona como base fundamental del fortalecimiento de la memoria. En la Argentina se logran ver ejemplos de innumerables artistas que pelearon contra la opresión. Siguiendo esta línea una variedad de centros culturales continúa el legado y la lucha. Un ejemplo es el Centro Cultural Haroldo Conti, establecido en un ex centro clandestino de detención y tortura.

Para más información sobre el Centro Cultural Haroldo Conti o el Espacio Cultural Nuestros Hijos entrar a :
Comments