Músicos docentes consideran nuevas formas de abordar la interculturalidad
- La Cuarta Pared
- 29 may 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 9 jun 2020
Una publicación científica de la Universidad de La Plata revela una vasta diversidad de culturas en un aula de música.
Música y educación
Por Matías Hileman Costa
Al parecer, el lenguaje no es el único fenómeno portador de cultura… ¿Qué es la cultura? Es algo que hay por detrás, más intangible que tangible, una particular interacción entre muchos factores, entre ellos la música.
Generalmente se analiza a la música como artefacto de la cultura, pero “Evidencia genética, antropológica, musicológica, semiótica, neurobiológica y comportamental han propuesto la noción de musicalidad comunicativa, que da cuenta de su importancia en los procesos de enculturación”, dice Favio Shifres. Esto posiciona a la música por encima de un mero objeto de contemplación, la convierte en cultura.

La bella Universidad Nacional de La Plata. Crédito: Google imágenes
Favio Shifres, perteneciente al Laboratorio para el Estudio de la Experiencia Musical, Facultad de Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata, Argentina, llevó a cabo una investigación y publicó un discurso científico llamado: “El aula universitaria de música como escenario intercultural: asimilación y resiliencia”. El paper presenta una disyuntiva: El aula de música de la Universidad de La Plata cuenta con una enorme diversidad cultural en cuanto al origen de los alumnos. ¿Cómo se llevan a cabo las clases? A través de la instalación de la noción de tabula rasa en el sentido común institucional, es decir, el principio que acompañó todo el proceso de la conquista de América, por lo tanto que estuvo estrechamente vinculado al sometimiento de los pueblos nativos. Es desde ese punto de partida que surgen dos escenarios opuestos: los alumnos asimilan o se resisten.
“Esta experiencia puede ponerse al servicio del conjunto de los estudiantes como un espacio para comprender las lógicas de la diversidad del musicar”
En esta aula de música se dicta desde un único punto de vista, una única experiencia musical, la de la institución, dejando de lado la casi infinita riqueza de vivencias musicales diversas repartidas en 277 alumnos provenientes de 10 países distintos, 101 localidades distintas, de entre 17 y 49 años de edad.
A comienzo de la cursada del ciclo 2018, los estudiantes completaron un cuestionario on-line con la intención de caracterizar sus perfiles biográficos musicales. Se les preguntó acerca de experiencias musicales previas, tanto en el ámbito de la educación formal como en entornos informales; la eficacia en cuanto a habilidades musicales como cantar, tocar instrumentos, leer y escribir música, etc. y las expectativas de los estudiantes respecto de la carrera elegida, la universidad y la formación musical formal en general.

Datos cuantitativos de diversidad en la procedencia y edad de los participantes del estudio. Crédito: Matías Hileman Costa. Fuente: El discurso científico en cuestión.
Alumnos que disfrutan la música “En mi casa tranquilo”, otros que prefieren “Tocar en grupos de música de mi agrado, escuchar música y compartirla con los demás”, otros confiesan: “Además de que me gusta aprender en general, la razón de que haya elegido esta carrera es porque quiero desde lo más profundo de mi ser, hacer música para honrar a Dios”, y 274 testimonios más.
El análisis concluye en que el cuerpo docente y su modo de transmitir la cultura musical deberían dejar de acaparar toda la atención y pasar a ocupar simplemente un lugar más en todo el conjunto de actividades que se dan en el aula; y de esta manera generar espacio para una rica compartida intercultural del conocimiento musical.
Aquí el contacto de Favio Shifres: favioshifres@gmail.com
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