La música abre puertas a la inclusión social
- La Cuarta Pared
- 29 may 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 jun 2020
UNA ACTIVIDAD ARTÍSTICA MEJORA LA SOCIEDAD
Por: Olivia Irigoin
Un estudio cualitativo muestra que aprendizajes musicales debilitan la desigualdad y enriquecen la cultura.
Niños y jóvenes en situaciones vulnerables forman parte de orquestas y adquieren conocimientos musicales sin tener aptitudes individuales. Centra su investigación en las políticas públicas que dos proyectos de orquestas en la Argentina aplican para afrontar un problema de exclusión social. Así lo resume Karen Avenburg, antropóloga de la Universidad de Buenos Aires y docente e investigadora de la Universidad nacional de Avellaneda.
El proyecto orquestas infantiles y juveniles se encuentra en 14 sedes de la Ciudad de Buenos Aires y El programa social Andrés Chazarreta, en 31 regiones del país. Ambos crean espacios para que grupos de personas de barrios carenciados puedan juntarse a tocar instrumentos y sociabilizar.
Sedes de orquestas ubicadas en AMBA. Crédito: O.I
Varios grupos musicales son ricos en diversidad, ya que se desarrollan en comunidades donde viven personas de diferentes procedencias como Bolivia, Perú y Paraguay. Un integrante del Equipo de Coordinación y director de una orquesta del Programa sostiene que el foco está en revalorizar la identidad cultural desde la música.
El estudio señala que la relación del alumno con su entorno familiar mejora al desarrollar una tarea musical dentro del espacio. La investigadora explica en su trabajo cómo participar en un grupo colectivo, conocer la solidaridad y la puesta en común, es un aprendizaje para los chicos que luego se traslada a otros aspectos de su vida, sea personal o escolar.

“La cultura es dinámica y está enmarcada en disputas por los sentidos; en consecuencia, estas actividades artísticas son parte del campo cultural y contribuyen a su enriquecimiento”, sostiene Karen Avenburg.
La doctora y docente declara que la manera como se desarrollan muchas prácticas artísticas que buscan enfrentar los efectos de la exclusión, o que consideran a las artes como derecho cultural, suelen buscar la construcción de lazos sociales, contribuir a fortalecer la autonomía, la capacidad crítica y la generación de colectivos. “Esas actividades, que son parte de nuestras heterogéneas culturas, pueden ser sumamente enriquecedoras”, añade la investigadora.
Debido al aislamiento obligatorio por la pandemia mundial las orquestas infantiles y juveniles del Ministerio de Educación de la Ciudad comparten su música durante este período vía Zoom, sin clases presenciales. Hoy existen 34 coros y orquestas con más de 950 alumnos.
Una encuesta de la UCA realizada sobre habitantes en la Argentina estima que durante el tercer trimestre de 2019 el 59,5 por ciento de los niños y adolescentes viven en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza. En la actualidad, existen políticas públicas que buscan resolver de a poco el problema de la pobreza, pero no económica sino cultural. Así, una expresión artística contribuye a disminuir la desigualdad.
Si queres donar para la compra de instrumentos o participar de coros u orquestas: 4343-5592 int 613 orquestas.coros@bue.edu.ar
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